Llevo un tiempo viendo en las redes sociales auténticas barbaridades a las que llaman salsa brava. Unos le echan tomate frito de bote, otros le echan leche e incluso los hay que hacen una mezcla extraña con salsa mahonesa.
Por supuesto que yo no tengo la receta maestra, ni de la salsa brava ni ninguna otra, pero tengo una receta que no dudo de que se acerca bastante a la original, principalmente por que tuve un jefe de cocina muy mayor (hoy día ya está jubilado) que trabajó muchísimos años en Madrid y hacía la salsa brava como nadie. Llegué incluso a pensar que él podía ser el inventor de dicha salsa.
Hoy os dejo la receta, que ya usé en un par de sitios donde trabajé con bastante éxito.
Tiempo de preparación: 30 minutos
Dificultad: Baja
Ingredientes:
4 patatas medianas
Aceite de girasol
Aceite de oliva
1 cebolla
1 pimiento rojo
2 dientes de ajo
4 tomates medianos
1 cucharada de azúcar
1 guindilla de cayena
1 cucharada de pimentón dulce
1 cucharada de harina de repostería
1 vaso de caldo
1 punta de jamón
2 cucharadas de vinagre de Jerez
Medio vaso de brandy
2 hojas de laurel
Sal
Tabasco (opcional)
Elaboración:
En una sartén ponemos bastante aceite de girasol, como un dedo, y calentamos. Pelamos y cortamos las patatas en dados gruesos. Lavamos y escurrimos las patatas y ponemos en el aceite a temperatura media durante unos 15 minutos para que confiten. Pasados los 15 minutos subimos el fuego al máximo y dejamos freír otros 8 o 10 minutos, dependiendo de lo fritas que nos gusten.
Mientras se fríen las patatas preparamos la salsa brava, que es a lo que hemos venido.
En una olla ponemos un poco de aceite de oliva con la cebolla, medio pimiento rojo, el laurel y los ajos y sofreímos, dejando que se agarre pero sin que llegue a pegarse ni quemarse. Echamos el vinagre de Jerez. Agregamos la guindilla y los tomates, que hemos rayado previamente y el azúcar. Cuando se hayan cocinado desglasamos con el brandy y dejamos evaporar el alcohol. Añadimos el pimentón y removemos. Añadimos la harina y tostamos un poco. Añadimos el caldo (lo ideal es caldo de verduras pero puede servir cualquier caldo de pollo o carne) al que hemos añadido una punta de jamón. Sazonamos al gusto y trituramos, dejando una salsa fina.
A la hora de emplatar ponemos las patatas en un plato alargado y salseamos por encima con la salsa brava.
Sugerencias: Se puede adornar con un poco de mahonesa al lado de la salsa brava pero nunca servirla mezclada, es sacrilegio.
Si queremos un poco más de picante podemos añadir unas gotitas de salsa Tabasco al final de la elaboración.