¿Te acuerdas de aquel tiempo, cuando las decisiones importantes se tomaban mediante un práctico ‘Pito-pito gorgorito, donde vas tu tan bonito?’ o el ‘A la era verdadera… pim pom fuera!’?
– Se podían detener las cosas cuando se complicaban con un simple ‘No ha valido’ o ‘¡CASA!’
– Los errores se arreglaban diciendo simplemente ‘Empezamos otra vez’
– El peor castigo y condena era que te hicieran escribir 100 veces ‘No debo…’
– Tener mucho dinero, solo significaba poder comprarte un helado o una bolsa de chucherías a la salida del cole.
– Hacer una montaña de arena, podía mantenernos felizmente ocupados durante toda una tarde.
– Para salvar a todos los amigos bastaba con un grito de ‘Por mi! Por todos mis compañeros y por mi primero’.
– Siempre descubrías tus más ocultas habilidades, a causa de un ¿A que no haces esto?
– No había nada más prohibido que jugar con fuego.
– TONTO EL ÚLTIMO’ Era lo único que nos hacía correr como locos hasta que sentíamos que el corazón se nos salía del pecho.
– El ‘poli y ladrón’ era solo un juego para el recreo, y por supuesto era mucho más divertido ser ladrón que policía..
– Los globos de agua eran la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se había inventado.
– La mayor desilusión era solo haber sido elegidos últimos para el equipo del cole.
– Nunca faltaban los caramelos que tiraban los reyes en Navidad, ni el dinero que nos dejaba el ratoncito Pérez bajo la almohada.
– !! GUERRA !! solo significaba arrojarse tizas y bolas de papel durante las horas libres en clase.
– Los helados y la leche con galletas constituían el grupo de los alimentos básicos y esenciales.
– Quitarte las ruedas pequeñas a la bici significaba un gran paso en tu vida…
– El mayor negocio del siglo era conseguir cambiar los diez cromos repetidos por el que hacia tanto tiempo que buscabas.
– Hacer cabañas con ramas cuando íbamos de excursión al campo nos entretenía durante horas hasta que venían a avisarnos de que teníamos que marchar y llorábamos desconsolados.
– Todos te admiraban si lograbas cruzar la comba mientras saltabas.
– Era un gran tesoro si encontrabas trozos de escayola en los cubos de basura y poder dibujar en el suelo y jugar.
– Sentarnos frente al televisor… a las 5 en punto con los ojos desencajados y ver ‘Barrio Sésamo’.
– Creerte Superman o Supergirl y ponerte el ‘babi’ del cole a modo de capa mientras subidos en cualquier escalón deseabas con todas tus fuerzas poder volar como ellos…
Todas estas simples cosas nos hacían felices, no necesitábamos nada más: un balón, una comba y dos amigos con los que hacer el ganso durante todo el día.
Si podéis recordar la mayoría de estas cosas y he conseguido que sonriáis es que todavía os queda algo del niño que eramos no hace tanto tiempo.
Nunca perdáis al niño que llecamos dentro porque da sentido a nuestra vida.
Y el último en leerlo, ¡la lleva!